Dislexia

¿Qué es dislexia?

La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que comporta una dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura, se caracteriza por un deterioro en la capacidad de reconocer palabras, lectura lenta e insegura y escasa comprensión. Las personas con este trastorno también pueden tener dificultades en el área de la velocidad de procesamiento, en las habilidades motrices o en la percepción visual y/o auditiva. Pueden ver afectada la memoria a corto plazo, la organización, la secuenciación o el lenguaje hablado.

La dislexia no se debe a problemas intelectuales, de motivación o por déficits de la audición o de la vista.

Este trastorno del neurodesarrollo es el más común, afecta por igual a ambos sexos y se calcula que lo padecen aproximadamente uno de cada diez niños en diferentes grados de severidad, provocando fracaso escolar.

Si bien la dislexia no tiene cura, la evaluación y la intervención temprana mejoran el aprendizaje, minimizando su impacto en el resultado educacional y psicosocial del niño.

¿Cuál es la causa de la dislexia?

Los investigadores reconocen que hay varias causas de la dislexia. Hay que entender que la dislexia no tiene cura y que no es una enfermedad. Es un trastorno con el que se nace, tiene una gran carga hereditaria y se manifiesta de manera diferente a lo largo de la vida.

Es importante destacar que las personas disléxicas no son holgazanas ni tontas, es un trastorno inesperado, que aparece en personas con una inteligencia, motivación y escolarización normal, y que suelen esforzarse muchísimo para superar sus dificultades en la lectoescritura.

Las investigaciones demuestran que el cerebro disléxico procesa la información de manera diferente y no resulta eficaz mientras leen. Las imágenes cerebrales muestran que, cuando los individuos disléxicos leen, activan en menor medida ciertas partes del cerebro y existe mayor actividad en otras regiones del cerebro que las que usan los normolectores. Estas imágenes también indican que en las etapas iniciales de adquisición de la lectoescritura ya remarcan estas alteraciones en el circuito neuronal y que es posible una normalización después de una actuación temprana, especifica e intensiva.

¿Qué sucede en la dislexia?

La mayoría de los niños de 4 o 5 años presentan la capacidad de percibir que las palabras están formadas por sonidos (fonemas). Esta habilidad recibe el nombre de conciencia fonológica y es la que permitirá, posteriormente, relacionar estos sonidos con las letras (correspondencia entre fonemas y grafemas), aprenden a combinar estas letras para formar palabras. Hacia los 5 o 6 años los niños aplican esta correspondencia a la inversa para poder leer el texto escrito y terminan reconociendo de forma automática las palabras que han visto muchas veces. Con la práctica, los normolectores aprenden progresivamente a leer de forma automática y se centran en entender y recordar lo leído.

Los niños disléxicos, sin embargo, tienen una deficiencia específica procesamiento fonológico. Presentan una pobre conciencia fonológica, paso previo para establecer de forma eficaz una correspondencia entre los grafemas y los fonemas, también problemas en el reconocimiento rápido de las palabras. Por este motivo, la lectura no llega a convertirse en un proceso automático, sino que continúa siendo una tarea lenta y que requiere un gran esfuerzo, esta se caracteriza por distorsiones, sustituciones u omisiones y errores en la comprensión.

Con frecuencia se cree que invertir el orden de las letras de una palabra, por ejemplo, leer «las» en lugar de «sal» se da únicamente en niños disléxicos, pero esta confusión es muy común en los niños de primero a segundo de primaria, no solo en los que tienen dislexia. También, es conocido que no todos los niños con problemas de comprensión son disléxicos, esta falta de comprensión también la presentan los niños con dificultades atencionales.

La calidad, y en definitiva la excelencia, de cualquier sistema educativo está directamente relacionada con la capacidad que tiene la institución para dar respuesta a los estudiantes susceptibles de ser socialmente excluidos

Signos de la dislexia

La dislexia es un trastorno persistente a lo largo de la vida y se manifiesta de manera diferente en las distintas etapas del individuo. A continuación, te explicamos los principales síntomas de la dislexia. Es importante puntualizar que existen diferentes grados de severidad y no se tiene por qué presentar la totalidad de síntomas. 

En educación infantil y escuela primaria, nos encontramos con dificultades en las siguientes áreas y actividades
  • Dificultad para seguir instrucciones y aprender rutinas, 
  • Problemas en la lateralidad. 
  • Nociones espaciales y temporales alteradas, 
  • Problemas en el equilibrio, 
  • Problemas de memoria a corto plazo, 
  • Dificultades para organizar sus pensamientos, 
  • Problemas para mantener la atención, 
  • Confundir palabras con pronunciación similar, 
  • Dificultad pronunciar palabras largas, 
  • Hacer rimas y captar rimas, 
  • Aprender los nombres de las letras y sus sonidos 
  • Trasponer las letras (leer o escribir “los” en lugar de “sol”), cambiar el orden e invertir números, 
  • Aprender a leer y a escribir su nombre 
  • Aprender a separar las palabras en sílabas (coche co-che) 
  • Aprender la secuencia del abecedario, los días de la semana, los colores, las formas y los números 
  • Dificultades en matemáticas, 
  • Caligrafía y coordinación motora fina 
Los niños mayores, adolescentes y adultos pueden presentar las dificultades anteriores además de las siguientes
  • Lectura con errores y muy laboriosa, 
  • Problemas de concentración en la lectura o escritura 
  • Leer y escribir muy por debajo de su nivel de estudios 
  • Evitar leer y escribir 
  • Lentitud al realizar tareas escolares que implican leer y/o escribir y al hacer exámenes 
  • Errores ortográficos arbitrarios 
  • Redactado pobre 
  • Tablas de multiplicar no automatizadas 
  • Dificultades en la comprensión de los enunciados de los problemas de matemáticas 
  • Dificultades en la compresión de textos largos y complicados. 
  • Dificultades en el aprendizaje de un idioma extranjero.

¿Cómo se diagnostica la dislexia?

Los primeros síntomas para detectar la dislexia se dan ya en la etapa infantil, si bien se diagnostica finalizando segundo de primaria. Ello no significa que debamos esperar para intervenir hasta tener un diagnóstico. En algunos casos, no es evidente hasta que el niño es mayor y se espera que lea y entienda materiales escritos más extensos y complejos. Que un adolescente inteligente siga teniendo problemas con este tipo de materiales de lectura, así como problemas de ortografía pueden ser signos de que tiene dislexia.

La dislexia se puede diagnosticar mediante una evaluación exhaustiva e integral hecha por un psicólogo especialista en trastornos del aprendizaje, ya sea dentro o fuera de la escuela. Los pediatras suelen conocer los signos de la dislexia y pueden orientar a las familias para que reciban la ayuda adecuada.

Si el diagnostico de dislexia se retrasa, puede causar problemas más graves en la lectura y una baja autoestima. Por eso, es importante reconocer los síntomas de la dislexia cuanto antes en la enseñanza primaria e iniciar una instrucción especializada en la lectura de inmediato.

La importancia del diagnóstico

La detección temprana y una intervención adecuada contribuyen a mejorar las habilidades académicas y a minimizar el gran impacto emocional que sufren los niños con dificultades de aprendizaje.

Los trastornos del neurodesarrollo no diagnosticados son la principal causa del fracaso y abandono escolar al cual se unen problemas de Inseguridad, ansiedad, baja autoestima, depresión, dificultades para relacionarse con los demás, no salir de casa…. Estas y muchas más, pueden ser las consecuencias y repercusiones emocionales en estos niños y adolescentes.

Las investigaciones demuestran que los alumnos con trastornos del aprendizaje son particularmente vulnerables a la intimidación y al acoso escolar.

Procesos de diagnóstico

La dislexia requiere de un diagnóstico clínico, este se basa en la anamnesis, informes aportados por el centro educativo y estudio neuropsicológico. Finalmente, trasmisión de resultados, recomendaciones y propuesta de intervención a la familia y al centro educativo.

Anamnesis: Recopilación de información relevante sobre el niño, familia y motivo de consulta. Esta información recogerá el inicio de las dificultades de aprendizaje, antecedentes personales (perinatales, desarrollo motor y del lenguaje, …) y antecedentes familiares en progenitores y/o hermanos (dificultades de aprendizaje).

Informes de los centros educativos: Los informes escolares muestran, en la mayoría de los casos, dificultades en el rendimiento escolar, son muy útiles los comentarios a nivel individual del alumno que proporcionan los tutores.

Estudio neuropsicológico: Determinar el estado cognitivo mediante pruebas, test, cuestionarios y escalas psicológicas que permiten situar al niño dentro de su grupo de edad.

Es preciso valorar las siguientes funciones:

  • Capacidad intelectual global (rendimiento cognitivo global)
  • Dominio del lenguaje (fluidez verbal, procesamiento fonológico)
  • Atención y función ejecutiva (Atención auditiva, flexibilidad cognitiva, inhibición…)
  • Visuopercepción y visuoconstrucción.
  • Memoria visual y verbal.
  • Procesos de lectura y escritura.
  • Comportamiento y disposición del niño.

 

Entrega de resultados: Finalmente, la entrega del informe a los padres, explicando en qué consisten las pruebas administradas, el resultado y su diagnóstico. Es importante que los padres entiendan el diagnostico, en qué consisten las dificultades de su hijo para poder ayudarles.

El informe debe incluir una propuesta de intervención educativa y emocional. En la mayoría de los casos el diagnóstico de dislexia requiere un tratamiento psicopedagógico, que consiste en una reeducación en la fluidez, comprensión lectora y expresión escrita. También estrategias cognitivas que ayudan a regular el aprendizaje, la atención, concentración y autonomía.

Es muy importante que el centro educativo conozca las necesidades derivadas del diagnóstico y tome medidas, principalmente metodológicas, para ayudar al niño disléxico a seguir adecuadamente los aprendizajes y desarrollar al máximo su capacidad.

¿Cómo se trata la dislexia?

En la mayoría de los casos, con la ayuda y los apoyos necesarios, estas dificultades podrán ser compensadas, los niños con dislexia consiguen una lectura precisa y desarrollan estrategias que les permiten seguir el ritmo de las clases ordinarias con adaptaciones metodológicas.  

Los niños con dislexia suelen necesitar la ayuda de un profesor de refuerzo o en algunos casos, requieren un tratamiento psicopedagógico, que consiste en una reeducación en la fluidez, comprensión lectora y expresión escrita. También estrategias cognitivas que ayudan a regular el aprendizaje, la atención, concentración y autonomía. 

Es posible que el tutor del centro educativo o el pediatra de su hijo recomiende la ayuda de un psicólogo, psicopedagogo o un logopeda. Estos son profesionales formados específicamente para trabajar con niños disléxicos.  

Recibir ayuda especial o las adaptaciones necesarias en los centros educativos públicos, concertados y privados es un derecho regulado en LOMLOE 3/2020 de diciembre y la Ley 12/2009, de 10 de julio, de Educación de Cataluña y el Decret 150/2017 de 17 de octubre de la atención educativa al alumnado en el marco de un sistema educativo inclusivo. La aplicación de estas leyes en los centros es imprescindible siempre y cuando sea necesario, los padres de niños diagnosticados con dislexia deberían hablar sobre estas leyes y de las adaptaciones con el personal del centro educativo. 

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